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Ángel Juárez Masares
Suele ocurrir que muchas veces quienes vivimos en este país
no tenemos real conciencia de lo que somos capaces de hacer, y si bien esta
reflexión puede ser aplicada a diversas actividades: deportivas, científicas,
profesionales, esta vez está centrada en el plano de la cultura.

Este tipo de actividades tiene además un componente no
menor, pues en momentos que la tecnología ha hecho desaparecer las fronteras
geográficas, el permanente intercambio de mails que se pudo apreciar augura la
continuidad de la relación establecida entre los participantes, con los
beneficios que naturalmente ello implica.

En otro orden y a título informativo, cabe señalar que este
año no se realizará el llamado “Duelo de pintores” que tuvo su inicio en la
pequeña localidad de Piedras Coloradas, y luego en Chapicuy, en ambas
oportunidades auspiciado por la
Intendencia Municipal de
Paysandú. La falta de interés de las nuevas autoridades departamentales en
apoyar el evento hace que sea imposible su realización. Recordemos que esto no
solamente impide que los artistas se reúnan para crear, sino que deja a
Paysandú sin las obras producidas en esos eventos, pues es condición
fundamental que las mismas pasen a integrar el patrimonio cultural
departamental.

Sin embargo es de justicia tener presente las excepciones
que confirman la regla. Baste para ello recordar que la “Fiesta deLa
Patria Gaucha ” que se realiza anualmente en Tacuarembó se ha
posicionado más allá de intereses políticos, y a ningún Intendente sensato se
le ocurriría dejar de apoyarla. También ese departamento ha permanecido atento
a San Gregorio de Polanco en su carácter de Primer Museo Abierto de América
Latina, y a las exigencias del grupo local que vela y trabaja por la obra
muralística y escultórica que ha puesto al pueblo en la mira del mundo.
En definitiva, es innegable que la calidad del artista
uruguayo se pone en evidencia ante la menor oportunidad –y mas allá de nombres
propios- podemos asegurar que en el pueblo mas pequeño y alejado de la
Capital vive un
artista que crea y merece respeto, además de un apoyo que hoy no tiene. Suele
ocurrir también que cuando ese artista logra descollar por su propio esfuerzo
–incluso fuera de fronteras- recién entonces “la prensa grande” le dedica algún
pequeño espacio, no demasiado, porque también es verdad que por estas
latitudes, la cultura no paga.
Breguemos entonces porque las iniciativas privadas sean
imitadas; primero, porque el arte no nace por generación espontánea, y segundo,
porque en la cultura de los pueblos se asientan las bases de una sociedad
mental y físicamente apta para la convivencia.